domingo, 17 de agosto de 2008

CON LOS PIES EN LA TIERRA






Y lo que ves cuando levantas la vista

7 comentarios:

sislen dijo...

si es que de vez en cuando no hay nada como cambiar el punto de vista... sigue siendo lo mismo y al mismo tiempo no... ¿o sí? tanto alzar la vista se me va la olla, un beso.

davidiego dijo...

VIsión de gusano que pronto se transforma en mariposa...

Clemente Alonso McKernan dijo...

Aviso que ahora me voy aponer pedantón. En Guerra y Paz, el principe Alexei Bolkonski es herido en la batalla de Austerlitz cuando cogio la bandera rusa que abandonaron los que huían, sorprendidos por los fraceses en la niebla. Es herido y cuando estaba tirado en el suelo, mirando hacia arriba, se da cuenta maravillado de la inmensidad del cielo. Me encantó esa reflexión en el umbral de la muerte, en un campo de batalla. Supongo que miramos demasiado el suelo.

Nada, que tienes suerte de que han entrado clientes que me cortarán la inspiración, pero con alguien tengo que comentar estos recuerdos peregrino-literarios que me vienen a la cabeza con entradas como la tuya.

A los pies de ustedes

A. dijo...

Sislen, aunque sea lo mismo mirarlo desde otro sitio lo cambia, lo hace un poco más especial...

David, para mi que los gusanos no son capaces de mirar tan lejos...

Clemente, no sé si será por el cliente corta-rollos, pero tampoco ha sido para tanto.

Intento no mirar demasiado al suelo, pero es que soy un poco torpe y a veces me tropiezo.
Un beso

Nacho Cembellín dijo...

Je!!!, mola mirar por ese visor diminuto y apretar el botón mientras se levanta el espejo para dar paso a la luz que plasmará una imagen que justo en ese instante no verás.

Quizás sea por que yo ando poco por el suelo pero siempre me ha encantado mirar el cielo... sin ir mas lejos, antes de ayer, tumbado en un jardin de mi barrio mientras escuchaba unos fados de Marizza y Harpo me chupeteaba la oreja.

Pero nada como una noche de luna llena en el campo o una noche sin luna y limpia en la montaña (en mi vida vi tantas estrellas como en la patagonia, su luz creaba sombra), o el último atardecer que vi en Segobriga el viernes pasado entre ruinas de 2.000 años.

Me gustó la foto del balón... si.

Laura dijo...

He aterrizado aquí por casualidad, y me iba a ir como si tal cosa, pero no me quedo con las ganas de decirte... ¡qué bonita la foto de las tejas! Yo es que soy fan de los tejados :)

A. dijo...

Nacho, seguiré tus consejos y pillaré el libro. Me alegro de que tu recuperación vaya bien.

Laura, ¡¡Bienvenida!! En cuanto tenga un ratillo me pasearé viendo fotos por ese calle del rastro.