domingo, 11 de diciembre de 2011

PAISAJES DE OTOÑO

Aprovechando los días de fiesta entresemana y con la excusa de una Jaramugada, nos vamos a San Martín de Trevejo para la II Rueu del Jálama.


Madrugamos un poquito y bien abrigados comienza la aventura. Lo primero que vemos al salir de casa es niebla, que nos sigue durante unos 100 km por la carretera, luego empieza a transformarse en un manto blanco en el valle y el sol perezoso brilla radiante.


Llegamos a nuestro destino, aunque no se repite el éxito de convocatoria del año pasado. No hay más acompañantes que yo misma, pero alguién tiene que estar ahí por si acaso hay que usar el vehículo de rescate, por aquello de la improvisación de algunos corredores.


Son 5 corredores a pie y 2 en bici de montaña. Esta vez el recorrido está bien estudiado. Son ya las 11h00 y les quedan unos 24-28 km por delante. La comida es las 14h30. Así que tengo un ratillo por delante para pasear siguiendo la calzada romana. Ellos han seguido el mismo recorrido, y en pocos metros pasan a ser un puntito en la distancia. No tardan en aparecer los chicos de las bicis, no sé cómo son capaces de subir por ese camino, de hecho es inevitable perder el equilibrio.


En poco rato sólo escucho mi respiración y mis propios pasos crujiendo sobre la alfombra de hojas de castaño. Durante la subida no me encuentro con nadie, algún pajarillo me sobresalta, pero voy disfrutando del paisaje.
Es un día precioso, cielo raso, niebla en el horizonte y piedras y hojas bajo mis pies.


Me tomo mi tiempo para las fotos, y así aprovecho para reponer fuerzas, llevaré una horita caminando y me empiezo a plantear el regreso, no sea que al final me tengan que esperar a mí...


No sé si le pasará a todo el mundo, pero cuando decido dar la vuelta tiene que ser porque he llegado a una pseudometa, y si no la hay, es necesario buscarla. Así que sigo caminando hasta encontrar un par de árboles majestuosos, de ésos que seguro podrían contar mil historias de las que han sido testigos, y sí, me parece un buen punto para dar la vuelta, aunque de buena gana hubiera seguido caminando.


 Luego me enteré que el camino terminaba unos 500 m más allá y que la pseudometa tiene nombre "Los Abuelos", que le viene que ni pintado.

Aún así llego antes que ellos, apenas tardé 20-25 minutillos en bajar, la verdad es que me entretuve mucho subiendo...Y como esto de caminar por el monte abre el apetito, pues estuve buscando un bar dónde picotear algo. No fue una misión complicada, y qué buenas las croquetas.


Y primero uno, que por miedo a lesionarse dió la vuelta antes, luego otros 2, los de las bicis, bastante enteros, y por fin los que decidieron subir al Jálama, improvisando sobre la ruta marcada.

5 comentarios:

sislen dijo...

vaya paisajes más chulos! la niebla tiene su encanto, a pesar de desprender un frío que cala hondo...brrrr!!!
y luego croquetas, ñam, ñam...

Efedexdx dijo...

Preciosas fotos!
Gracias por cuidarme y preocuparos por mí. ¡¡¡Vaya bajón!!!

fan dijo...

bonita entrada !!

Laura dijo...

Siento redundar en lo que ha dicho todo el mundo antes de mí, pero ¡Qué fotos más bonitas! Es que el otoño tiene un encanto romántico maravilloso.

Furacán dijo...

Muy interesante lo de la pseudometa, ahora que lo pienso a mí también me pasa.