sábado, 26 de noviembre de 2011

VENCIENDO LA PEREZA...

por enésima vez...


Más de cuatro meses sin escribir en el blog, aunque para lo que escribí la última vez, en fin.
Y eso que han pasado cosas y se me han ocurrido otras tantas que ya he olvidado...


Supongo que es cuestión de disciplina, vamos de ausencia de ella.

Por si sirve, un pequeño cambio de imagen, en el blog, claro, aunque a mí tampoco me vendría nada mal pasar por la pelu, que ya empiezan a asomar muy discretamente las canas de la sabiduría.



¿Qué os cuento? A ver...

¡Ah! Este año ya he participado en 2 carreras con dorsal...mola, pero como en lo de escribir, no soy nada disciplinada para los entrenamientos libres, y eso que tengo entrenador personal y que es además mi fan número uno.


A él le encanta hacer deporte y cuando participo en alguna prueba él también, claro que termina muuuuucho antes que yo, pero entonces retrocede y viene a mi encuentro y me acompaña hasta la meta. Como no estoy acostumbrada, a veces los ánimos me agobian un poco, entonces intento cambiar de ritmo y me escapo para oírlos desde más lejos.

Y qué más...voy a pensar un poco ¿vale?

¡Ya! Hemos estado en NYC.


Un viaje pendiente desde hace mucho tiempo, pero hace unos meses encontramos la excusa perfecta: la Maratón.


Ya sé que ya lo sabíais pero es por darle un poco de emoción al asunto, ¿vale? Simplemente haceos los sorprendidos

Pasear por Manhattan produce una extraña sensación. Todo resulta conocido y realmente no todo es tan enorme como en las imágenes que tengo en la cabeza. Sin embargo hay pequeños rincones con encanto, aunque hay veces que pierden el encanto cuando cuatro calles más arriba y dos a la derecha hay otro rincón igual. La globalización universal es lo que tiene.


Supongo que por cuestiones hormonales, de las que no pienso opinar ahora, pasear cerca de la zona cero en el World Trade Center, me produjo una sensación de angustia y desasosiego
bastante desagradable. Es como si se pudiera oír un silencio frío en medio del ruido de las grúas, raro e inquietante, a través de mi imaginación.



Si tengo que elegir una zona, me quedo con el SoHo. Es la parte más "europea" de Manhattan. Pero no le hago ascos a otras zonas, excepto a Chinatown, huele raro y no está demasiado limpio...barullo y tiendecillas desdordenadas, y algo que no me gustó nada: niños arreglando zapatos en la calle. Y luego está la opción perderse por Central Park...



Y qué decir del ambiente de la Maratón, el público no deja de aplaudir y animar. Cuando yo gritaba animando a David, los de al lado también le animaban. Grupitos de música, y muy pocos empujones, no se pude decir lo mismo de todos los sitios. Y algo que me llamó poderosamente la atención; llevar una medalla colgada del cuello es suficiente para despertar la admiración de la gente y recibir halagos y felicitaciones, incluso a mí me daban la enhorabuena.

Y el colmo de la fiesta es entrar en la Nike Store con la medalla visible, es la bienvenida a casa del héroe. Hay cosas que los yankees saben hacer muy bien.

Y seguro que me dejo cosas en el tintero, pero eso será para otro día de triunfo frente a la pereza.


3 comentarios:

davidiego dijo...

bien joven padawan, poquito a poco.

que tu lucha contra la pereza te devuelva al lado de la fuerza.

estoy muy orgulloso!

Dani dijo...

Bien, muy bien.

sislen dijo...

Ahí, ahí venciendo la indolencia!!!jeje
Mola el cambio de look y me gustan las fotos :)