Cuando termina el verano y asoma el otoño empiezan mis vacaciones estivales...destino Malta.

¿Por qué? ¿Y porqué no?
La verdad nada se nos había perdido por aquí pero había oído hablar bien de esta isla y por qué no comprobarlo.
Vista desde la azotea del hotel Así que buscamos en internet y aparece una buena oferta que incluye vuelo, hotel y coche de alquiler. Nos alojamos en Saint Julian, será nuestro centro de operaciones y de ahí a descubrir el resto de la isla sorteando el caos del tráfico, las mil rotondas y los millones de baches.
Empezamos por el interior de la isla visitando M'dina y Rabat.
Vista de M'dina desde el exterior de la muralla
Vista de M'dina desde el interior de la murallaMuchas de las ciudades de Malta tienen ligada a su historia el paso de San Pablo por ellas, en Rabat estuvo escondido en una cueva durante tres meses, naufragó en Saint Paul's Bay...hay iglesias dedicadas al santo en casi todas las ciudades. M'dina es una ciudad amurallada que aún conserva el encanto de las casonas nobles, callejuelas estrechas, aldabas brillantes en las puertas, y el traqueteo de los coches de caballos que resuena sobre los gruesos muros. Conventos transformados en restaurantes de moda y palacios que mantienen las ventanas cerradas para preservar su intimidad.
Seguimos la visita hacia el sur de la isla y llegamos a Marsaxlokk, la vista bonita es la de la foto, la bahía surcada por los
luzzus, del un lado hay una fábrica en obras con una enorme chimenea y al otro astilleros con grúas...

los luzzus son las barquitas pesqueras de colores
Del otro lado de la fábrica hay uno de esos lugares con encanto Saint Peter's Pool, aunque de momento esto tendrá que ser suficiente...

Nos vemos!