Solete, playa, familia, amigos y triatlón...¿qué más se puede pedir?

Pues eso, ha sido un fin de semana redondo.

Llegamos el viernes por la tarde, recogemos el dorsal, de tiendas (es como una tradición...)

Y un poco de playa, hasta que el frío hace que tenga carne de gallina.

El sábado a eso de las 15h20 empiezan a llegar a la playa un montón de chicas, y luego chicos, que por las pintas deben venir nadando desde lejos...

Alguno resopla, pero a pesar de eso tienen ganas de correr por la arena y subir a la plaza, no sé a qué tanta prisa.

Pero si a mala leche les están echando agua encima, tampoco hace tanto calor...

Luego salen zumbando en bici, hay gente en las aceras gritando como loca, no sé qué les pasa a estos vascos, se han vuelto todos locos...

Algunos van en pelotón

Otros solos
Y no contentos con eso, han invadido el paseo, el malecón está lleno de gente, pero ellos a lo suyo, concentrados.

Si están corriendo hasta en la nudista, cuánto vicio...

Con lo incómodo que parece trotar por esas maderas...

Dicen que los cuatro primeros en llegar han tardado menos de cuatro horas...Lo que habrán entrenado. Yo conozco a uno que lleva 3 semanas sin entrenar, se ha ido de boda y ha terminado en 5h25.

Y... o son imaginaciones mías o ese chico ha recuperado la sonrisa.

Éste debe de seguir intrigado, intentando entender de dónde vienen los triatletas, pero alma de cántaro, si está muy claro: del Planeta Triatlón.