Me gusta que las casas y las ciudades se disfracen con luces y que la gente sonría un poco más, aunque sea de mentira, lo que hagan los hipócritas es su problema. Yo sé que cuando los míos sonríen, lo hacen de verdad.
Me gustan las caras de buena sorpresa, de esa que no esperas y que te gusta.
Me gusta comer cosas ricas, eso todos los días, pero las de ahora me aburrirían todos los días.
Y las charlas hasta las tantas poniéndonos al día o recordando anécdotas que nos hacen llorar de risa.
No me gusta la falsedad.
No me gusta la hipocresía.
No me gusta el barullo desenfrenado, ni comprar por comprar.
No me gustan los villancicos en la plaza a todas horas.
No me gustan los juguetes olvidados.
No me gusta que me hagan elegir entre Papa Noel, Olentzero y los Reyes, por mi pueden venir todos a casa a tomar café.